Los monólogos “El despertar” y “La mujer sola” formaron parte del espectáculo “Tutta casa, letto e chiesa” , cuya temática giraba alrededor de las condiciones de vida de las mujeres, y que fue estrenado por la misma autora, Franca Rame, en 1977, en Milán, representándose luego en diversos países europeos. La gran riqueza dramática de las obras de estos autores italianos, así como su compromiso social y político atrajo mi atención y obtuvo mi más profunda admiración.
Los monólogos elegidos resultan sumamente actuales, ya que a pesar de los avances que puedan observarse en relación con la situación de la mujer de décadas pasadas, tiene aún mucho de desigualdad e injusticia inherente a su condición de género, agravada en países como el nuestro, que van incrementando sus condiciones de pobreza.
La forma tragicómica de encarar esta problemática me parece muy adecuada para un público inmerso en un contexto de crisis.
Una mujer sola es un ama de casa, que responde al “tipo” social que se espera de una mujer casada. Tiene además, lo material que se precisa en una casa. Lo que no recibe en el seno de su familia es ser tratada, sobre todo por los hombres de la casa, como una persona, respetada como tal, no solamente utilizada como un objeto sexual, y una empleada sin sueldo.
Otra mujer sola es una obrera, que no-solo sufre a diario las presiones propias de su lugar de trabajo, sino que además está a cargo de su hogar y de la atención de su hijo pequeño.
Muestran su vida, y entrelazan sus historias, de manera grotesca.
Estos personajes no están inventados, existen realmente, existen cerca de nosotros..., la realidad y las estadísticas así nos lo revelan
